viernes, 2 de diciembre de 2016

NOTICIA



Indignación entre la afición del Chapecoense al conocerse las causas del accidente de avión

Emotivo homenaje de la afición del Chapecoense para despedir a su equipo tras el trágico accidente de avión. En el estadio Arena Condá, feudo del equipo brasileño, no cabía un alfiler la noche del miércoles. Todo Chapecó quiso estar presente en el acto que se organizó a la misma hora programada para la disputa de la final de la Copa Sudamericana en Medellín frente al Atlético Nacional.
Ese solemne encuentro no estuvo, sin embargo, exento de indignación, después de haberse confirmado que el avión que trasladaba al equipo a Colombia carecia de combustible en el momento de estrellarse. El avión, que se vio perjudicado también por el intenso viento en contra, se encontraba sólo a 17 kilómetros de la pista de aterrizaje. Una carrera de errores que enfurece a más de un seguidor. “Fue un error que acaba con vidas, que acaba con el Chapecoense, dijo para The Guardian Nataly Ferranti, de 16 años y que juega en las categorías inferiores de la modesta entidad. “Siento indignación”, completó.
Fue un error que acaba con vidas, que acaba con el Chapecoense”
El orgullo y el cariño de los hinchas con los familiares y los pocos representantes que quedan del club tampoco faltaron en el acto. “Con mucho orgullo, con mucho amor” o “este sentimiento nunca va a parar” fueron algunos de los cánticos entonados en comunión que unieron a una afición todavía en estado de shock por el trágico suceso, pero que sacó fuerzas para llenar por completo el estadio, con capacidad para unas 19.000 personas.












 Algunos hinchas encendieron bengalas mientras se dejaban la garganta al ritmo de los himnos del ‘Chape’, cánticos que se mezclaron con aplausos improvisados cada vez que pasaba la mascota del equipo, un niño de unos siete años ataviado con un tocado de plumas indígenas.
En el círculo central del terreno de juego se colocaron un altar y unas decenas de sillas reservadas para amigos y familiares de las víctimas, donde se celebró una misa en recuerdo de los futbolistas. Hasta el sacerdote se animó a azuzar a las gradas al cantar uno de los gritos de guerra del “Chape”.
El punto álgido de la emovitva noche llegó cuando los jugadores y el cuerpo técnico que no habían estado en el vuelo, unidos por jugadores de los equipos juveniles, saltaron al campo. Agarrados unos a otros y con lágrimas en los ojos, recibieron el calor y los rugidos de la multitud. “Esto ayudó mucho”, dijo João Lima, un jugador del filial. “Perdimos a muchos hermanos en muy poco tiempo. Pero tenemos que avanzar y vencer.